Buceo en Gran Canaria: «La Catedral»
Todos los sitios de buceo que se precien tienen una inmersión llamada «La catedral»: una gruta o arco de variable tamaño que asemejan a los ojos del buceador a los arbotantes de las construcciones mediavales, o sus contraluces a las hermosas vidrieras de dichas construcciónes. Sin embargo, mas allá de la imaginación de los buceadores, la inmersión de «la catedral» de gran Canaria es una de las mas apropiadas de merecer dicho nombre, pues transcurre en una baja de piedra con grandes arcos y bóvedas que trasladan irremediablemente al buzo que practica submarinismo entre ellas a un universo paralelo en el que al contrario de lo que suele ocurrir, es la naturaleza la que imita a las inmensas construcciones humanas.
La inmersión no es de las más frecuentes de la isla, ya que el poder hacerla o no depende en buena medida del estado deel tiempo, ya que al estar en mar abierto, en el noreste de la isla, y expuesto mas a los vientos, el oleaje es frecuente, dificultando mucho el acceso y la salida desde la barca.

Buceo en Gran Canaria: La inmersión en «la catedral»
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La inmersión se realiza desde barca, y la zona de inmersión se situa a unos 15 minutos de navegación desde el muelle deportivo del puerto de Las Palmas. La catedral es una baja en mar abierto con una peculiaridad, y es que se trata de una gran bóveda que nace a 28 metros en el lecho marino y que sube hasta los 8 metros, la zona mas cercana a la superficie. La bóveda principal tiene una altura de unos 15 metros, partiendo desde la cota de los 22 metros. Es una zona donde la vida es bastante escasa ya que ha sido bastante esquilmada por los pescadores, y sin duda la principal atracción de esta inmersión es su sorprendente paisaje y las increibles vistas y contraluces. Aun así, podemos observar chuchos, dentones, morenas, pequeños bancos de castañuelas y las inevitables viejas y pejeverdes, y con un poco de suerte, podemos ver pasar por el azul algun pequeño banco de medregales o bicudas.

En la cota de los 40 metros hay un arco inmenso que deslumbra por su magnificencia y altura, como un gran arbotante que sostiene la baja y la cúpula, y cuya base parece perderse en vertical en el azul, siendo la vista increíble, pero la visita a dicho arco, por su profundidad, sólo es recomendable a buceadores con la adecuada titulación y experiencia. Las corrientes suelen estar presentes en los bordes de la baja, y aunque suelen ser moderadas, conviene tener precuación con ellas.
Tres recorridos son posibles en esta baja: Bien podemos bajar por el fondeo y dirigirnos hacia la cara este, donde encontramos en la cota de los 30 metros un pequeño entramado de cuevas y arcos, para luego ir subiendo hacia la bóveda principal en la cota de los 20 metros, atravesarla y realizar la parada de seguridad en su cima, o bien podemos bajar por la pared oeste que cae casi en vertical hasta el arco para luego subir hacia la bóveda principal.

Si los buzos del grupo son en su mayoría de escasa experiencia, o si simplemente deseamos realizar una inmersión tranquila sin demasiada profundidad, podemos sencillamente entrar en la bóveda principal por su cara norte y admirar con mayor detenimiento esta, así como los contraluces y pequeños cañones que se forman en la salida sur, llevando a cabo una inmersión en la que no alcanzaremos los 25 metros de cota en ningún momento.
Y por cierto, ¡que no se os olvide llevar foco…!
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Os dejo con el vídeo de la inmersión.
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