Bucear en el Campello: la inmersión en Los baños de la Reina
Esta inmersión guarda para mí un recuerdo especial porque fue la primera inmersión que hice para finalizar el curso de Open Water. La inmersión se realiza en torno a la parte mas externa de la zona llamada «la isleta», una isla que alberga una de las ruinas romanas más interesantes de todo el mediterráneo, unas pequeñas termas y los restos de una pequeña piscifactoría que formaba parte de una explotación pequera de fabricación de pasta «Garum», una delicatesen de la época, una especie de paté de pescado y que junto con los minerales y el aceite era la principal mercancia exportable de la península en tiempos de Roma. Hoy en día los restos de estas pequeñas piscifactorías forman bañeras naturales que los bañistas aprovechan para refrescarse tranquilamente.

La isleta, separada de tierra firme posiblemente por un terremoto, fue unida de nuevo mediante un itsmo artificial en la década de 1930, cuando comienzan las excavaciones arqueólogicas, y encontrando bajo los restos romanos indicios celtíberos e incluso de la edad del bronce, lo que implica que pocas veces podremos bucear en un sitio con una historia tan antigua: unos 5.000 años.
Buceo en el Campello: La inmersión en Los Baños de la Reina.
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Es una inmersión muy tonta, de infantería, a muy poca profundidad, con tramos a 3 y 4 metros de profundidad escasos, en uno de los pocos roqueros que hay en el enorme arenal que es la zona de El Campello, pero que resulta entretenida por 3 motivos: El paraje que rodeas son unas ruinas de la época romana, lo que a muchos nos dispara la imaginación y nos ponemos a rebuscar como locos a ver si encontramos monedas, anforas o falcatas… :-). El segundo motivo, es que no has de preocuparte por el aire, puedes estar tranquilamente una hora de inmersión y salir con mas de 100 bares, por lo que te despreocupas del manómetro durante toda la inmersión. El tercero, es que debido a la escasa profundidad la luz ilumina los fondos en toda su plenitud. Es una inmersión en el que no alcanzaremos mas de 10 metros, y eso alejándonos de la isleta, y si a eso le juntamos la falta de preocupación por el aire, nos da la oportunidad de tirarnos toda la inmersión bicheando, deteniendonos, rebuscando, fijarnos en los más pequeños detalles y hacer todas esas cosas que cuando vamos con un grupo no podemos hacer… Mi consejo es que si teneis oportunidad, os cojais a vuestra pareja de buceo, alquileis un par de botellas, os metais al agua y os olvideis de todo, en especial del tiempo.

Como hemos dicho, la inmersión se inicia en la isleta, en su punta más alejada. Encontramos un escalón desde el que deslizarnos al agua cómodamente y sumergirnos un par de metros, lo suficiente para salir por el canal hacia el mar y alcanzar los cinco metros. Se abre ante nosotros una mezcla de posidonia y roca que merece la pena explorar sin perder de vista la isleta o su referencia, ya que en una profundidad de 7 u 8 metros apreciamos todo este ecosistema en su plenitud. Bancos de salpas, castañúelas y obladas, freddies, doncellas y alguna sepia nos acompañan en este paseo.
Volvemos hacia la isleta y empezamos a rodearla dejandola a nuestra derecha hasta que encontramos un canal que se interna en ella de unos 4 metros de profundidad. Nos internamos de el y disfrutamos del paisaje pues debido al oleaje, las paredes del canal tienen forma concava, creando una especie de pasillo muy amplio en el fondo, en el que el agua hce la ilusión de ser un techo transparente. Al final del canal, y a nuestra derecha, se abren las piscinas naturales fpormadas por las antiguas piscifactorías, que evitaremos debido a la escasa profundidad y a los bañistas, dando media vuelta.

Salimos del canal y rodeamos de nuevo la isleta siguiendo con nuestro camino. Podemos alejarnos de la isleta en dirección a mar abierto, como si continuaramos la isleta, y pasar algunos minutos rebuscando entre las rocas y la pradera de posidonia alcanzando la cota de los doce metros, para luego regresar hasta topar con la isleta de nuevo, y emprender ya la vuelta, terminando de rodear la isleta por un pequeño cañon que se forma de unos tres metros de profundidad. Evidentemente, no necesitamos hacer parada de seguridad, ya que la ultima parte de la inmersión transcurre en una cota menor a 5 metros, y la salida la haremos por una pequeña playa de guijarros, la zona de relleno artificial, mas allá de las ruinas romanas
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En resumen, una inmersión de infantería para dar un paseo en un sitio curioso, quitarse el mono de agua, o sencillamente disfrutar haciendo esas cosas en en la mayoría de inmersiones, no puedes.
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